MOVILIDAD ERASMUS+ EN OSLO, NORUEGA

PROFESOR ACOMPAÑANTE: JORGE TORAL VELASCO

Erasmus+ English. Oslo, 13-17 March, 2024.

Las alumnas de la EOI de Madrid-Carabanchel seleccionadas para el viaje a Oslo y el profesor acompañante del departamento de inglés, un servidor, no habíamos estado antes en ese país. Era nuestra primera vez en un país cuyo idioma nos era totalmente ajeno. Solo contábamos con la imagen que teníamos de “país rico y caro”, cuya economía estaba basada en el petróleo (aunque en 2023 Noruega fue el país con mayor número de coches eléctricos del mundo, algo que pudimos atestiguar). Éramos conscientes de que no sería una estancia barata, aunque viniendo del Madrid de la inflación desmesurada, concluimos que sus precios para el turista no están tan alejados de los nuestros… salvo en determinados productos de importación.

Noruega, país ideal para una movilidad en inglés

Sabíamos que Noruega era un país en el que se hablaba inglés perfectamente, dado que el noruego es un idioma germánico (al igual que el inglés) que sus habitantes aprenden con facilidad, con tan solo 4,3 millones de hablantes en el mundo (datos de 2020). Además, allí supimos que gran parte de la fluidez con la que hablan inglés se debe a que las películas de habla inglesa siempre se han visto en versión original subtitulada, tanto en los cines como en la televisión. Esta calidad en la enseñanza del inglés y la presencia del idioma en el ámbito comercial, turístico y educativo hace de Noruega un lugar perfecto para la práctica oral del inglés y, en general, para el desarrollo de cualquier actividad educativa que uno quiera acometer, ya que el 59% de los estudiantes noruegos que hicieron el examen del informe PISA en 2022 se encontraron en el top 5 a escala internacional. También por esta razón, Noruega nos parecía un referente que merecía la pena visitar, para comparar con el sistema educativo de España e incorporar buenas prácticas en el ámbito docente.

Oslo Katedralskole (coloquialmente denominada “Kata”) La escuela que visitamos es un centro educativo de referencia en todo el país, con altos estándares educativos y no pocos requisitos de acceso para su alumnado. Se trata de un instituto en el que se cursa lo que en España equivaldría a 4º de la ESO y Bachillerato, cursos que según el sistema educativo noruego ya ofrecen especialización y preparación universitaria. En la imagen se puede ver un resumen del sistema educativo noruego y los cursos ofertados (en rojo).

Es uno de los cuatro institutos de Noruega cuyos orígenes se remontan directamente a la Edad Media y, en general, se la considera una de las escuelas más prestigiosas del país, que celebró su 850 aniversario en 2003. El centro fue fundado en 1153 por el delegado papal, el cardenal Nicholas Breakspeare, y estaba administrado por la Catedral de Saint Hallvard, por lo que en sus inicios se consideraba un seminario catedralicio; de ahí su nombre, el cual pervive hasta hoy.

El siglo XVII se conoce en la historia de la escuela como Det lærde århundre («el siglo científico») porque algunos docentes se encontraban entre los eruditos más destacados de la Noruega de aquel momento. Después de que un gran incendio destruyera gran parte de Oslo en 1624, la ciudad fue reubicada y reconstruida, lo que obligó a la escuela a cambiar su ubicación a su emplazamiento actual, justo enfrente del cementerio Gravplassetaten (Cementerio de Nuestro Salvador), donde yacen los restos del artista Edvard Munch. Después de que se abriera un nuevo Gimnasio —entiéndase la acepción germánica del término— a los estudiantes se les ofrecieron clases de materias extraescolares, tales como astronomía, filosofía, física y metafísica.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la ocupación alemana obligó a que partes del edificio de la escuela fueran utilizadas por los mandos alemanes, aunque la enseñanza continuó sin cambios. Sin embargo, varios de los profesores participaron en actividades de resistencia contra los alemanes. Desde entonces, el renombre de este instituto no ha hecho más que crecer y hoy sabemos que destacadas figuras de la escena política y cultural noruega han estudiado en este centro.

Reunión con directivos del centro

Patrick Thomas Stark, director de la escuela desde 2020 y Cecilie Øen, Jefa del Departamento de Inglés, nos recibieron en la Oslo Katedralskole en nuestro primer encuentro el 14 de marzo y nos resumieron cómo funciona el sistema educativo del país.

Asimismo, nos comentaron que este interés por la filosofía y la teología que describíamos en el punto anterior, el cual se desprende de la historia del centro, se mantiene hasta nuestros días, ya que algunos estudiantes del centro han creado grupos de debate filosófico y político (entre otros temas), cuyas sesiones se celebran de manera regular durante el curso académico. Asimismo, sus alumnos y alumnas organizan grupos autofinanciados de teatro, conciertos y espectáculos de danza, los cuales a veces cuentan con visitas tan ilustres como la del Primer Ministro del Reino de Noruega, Jonas Gahr Støre (del partido Laborista).

Clases visitadas

Como parte central de nuestra movilidad, Cecilie Øen nos preparó un variado plan de clases de inglés, un almuerzo con estudiantes de español y una clase de noruego como lengua extranjera; esta última se impartió en inglés por causa de nuestra presencia. En todas las clases nos presentamos en inglés, describimos brevemente nuestra escuela y expresamos los objetivos de la visita como estudiantes y como profesor, respectivamente.

Los profesores de inglés (English 2 optativa con Trude, y English 1 con Gyrid y Stein) prepararon actividades relacionadas con Estados Unidos porque este es el tema que estaban tratando en ese momento, por lo que pudimos comprobar de primera mano cómo los alumnos jugaban, debatían y presentaban sus ideas sobre el estilo de vida estadounidense y las próximas elecciones presidenciales que tendrán lugar en el país, con una fluidez, un acento y una variedad léxico-gramatical de alto nivel.

El profesor de noruego como lengua extranjera, Audun, estaba sustituyendo a la profesora titular,  Toril, que estaba de baja por enfermedad. Por ello, decidió que hiciéramos manualidades para crear tarjetas en las que le deseábamos (los alumnos y nosotros) una pronta recuperación, en todos los idiomas del alumnado, entre los que se encontraba el árabe, el ucraniano y ¡español! Esto se debía a nuestra presencia y porque entre los alumnos había un chico de Barcelona y otro de República Dominicana. Fue muy enriquecedor compartir experiencias con alumnos de otras nacionalidades mientras recortábamos y coloreábamos unas tarjetas dirigidas a una profesora que no conocíamos, pero que esperábamos recibiera todo nuestro apoyo.

Mención especial debemos dar a la clase de Gyrid, en la que se habló del control de armas en EE. UU., pues se generó un debate muy interesante sobre los estados que más restricciones imponen sobre el control de armas y el impacto de estas en las cifras de muertes por asesinato. La profesora además aportó fotos de una manifestación a la que acudió contra la Segunda Enmienda a la Constitución que permite el uso de armas y de las pancartas que se mostraban durante el recorrido. Para ilustrar todas las conclusiones a este respecto, nos aportó un estudio muy interesante en la web de la Gifford Scorecard.

Stein Tingvold se centró más en el estilo de vida estadounidense, y preparó juegos en los que los alumnos en parejas respondían a situaciones en las debían solucionar dilemas relacionados con la ausencia de seguridad social, los elevados precios de los tratamientos médicos, la falta de ayudas por parte del gobierno (como el subsidio por desempleo) y la búsqueda de trabajo. Este juego se puede encontrar en https://playspent.org Más tarde, pudimos jugar con los alumnos a diversos juegos de aprendizaje léxico. En esta sesión pudimos constatar todas las diferencias que existen entre el estilo de vida noruego y el estadounidense.

Por su parte, Ana Avilés, profesora malagueña de español en la Oslo Katedralskole, fue especialmente amable con nosotros porque, aparte de organizar el almuerzo con sus alumnos de español, nos mostró todas las dependencias de la escuela y pasó la primera tarde entera con nosotros después de nuestro aterrizaje en la ciudad. Con ella visitamos la cascada del río Aker, el barrio de Grünerløkka, la Ópera de Oslo y varias áreas del casco antiguo como las calles Damstredet y Telthusbakken, repletas de casitas típicas remodeladas de la antigua ciudad. En este paseo vimos también (de lejos) el Palacio Real, el Parlamento y el hotel desde el cual saluda a la población el ganador o ganadora del premio Nobel de la Paz, una vez se le otorga en el Ayuntamiento. Ana fue nuestra mayor ayuda para saber los sitios que debíamos visitar y los secretos de la ciudad y del país, los cuales no suelen aparecer en las típicas guías turísticas.

¡Mil gracias, Ana!

La biblioteca histórica

Mención aparte merece la biblioteca histórica de la escuela, que data de los inicios del centro en la Edad Media. Existe una biblioteca de uso común, pero la histórica es de difícil acceso y de tamaño mucho mayor. Tras su reubicación, se tuvieron que trasladar todos los ejemplares bibliográficos a la nueva sede, pero esta alberga también ejemplares de fósiles, condecoraciones, esculturas, grabados, y demás objetos que ha ido adquiriendo la institución a lo largo de los tiempos. Su bibliotecario nos mostró orgulloso varios ejemplares en español.

Museos y actividades

Como parte de las actividades programadas, pudimos ver el Holmenkollen (la impresionante  pista olímpica inclinada de saltos de ski, situada a las afueras de la ciudad), el majestuoso parque Vigeland (con sus esculturas humanas de incalculable valor artístico), la casita vikinga de Frognerseteren, el magnífico Museo de Munch (en el que pudimos ver los bocetos de su famoso Grito), la Galería Nacional (donde se encuentra la pintura final de El Grito de Munch), el Ayuntamiento (donde coincidimos con varios bautizos civiles con familiares ataviados con ropajes típicos noruegos) y los puertos de Aker Brygge y Langkaia. En este último, pudimos meternos en una sauna de leña flotante, desde la cual nos metimos en las frías aguas del fiordo de Oslo, que estaba a 3ºC. Esa misma mañana nos habíamos dado un paseo en barco por ese mismo fiordo.

Por obras en las instalaciones hasta 2026, no pudimos ver el Museo de la Era Vikinga, en el que se puede ver un barco vikingo que encontraron en el fiordo. Tendremos que volver a verlo.

Conclusión

Recomendamos esta experiencia a todos aquellos alumnos que deseen conocer una nueva cultura europea, en la que no solo se practica el idioma sino que además se viven momentos muy interesantes, divertidos e inolvidables. Muchas gracias, EOI de Carabanchel y Katedralskole.

Students’ comments on the mobility

“The Erasmus+ mobility to the Oslo Katedraleskole has been a unique opportunity to learn more, not only about the Norwegian educational system, but also about their way of living and their culture. Sharing time and talking with students with different backgrounds and experiences was extremely rewarding, as well as discussing with their English and Spanish teachers about their educational approaches in the classroom. I guess that we were all astonished by the compromise and maturity evidenced in the students.

Furthermore, I would like to mention the wonderful trip mates that I had the chance to meet, including, of course, our teacher Jorge. The trip organization was flawless and we enjoyed the extra activities like the city sightseeing without missing a spot. Also, meeting Ana, the Spanish teacher at the school was amazing. She spent her time showing us the beauty of the freezing Oslo in March with enthusiasm and malaguena grace.

Thanks, EOI Carabanchel, for allowing me to enjoy this experience with such great people!”

Miriam Pérez, C1 Inglés

“My week in Oslo during my Erasmus experience has proven profoundly enriching. From my arrival, I was embraced within a multicultural and plurilingual milieu. Each passing day has unfolded as an odyssey, traversing the avenues of Oslo and engaging in captivating discourse with individuals hailing from diverse corners of the globe. The kaleidoscope of languages echoing around me at every turn has engendered a sense of fascination, with each interaction presenting an opportunity for new insights and a deeper appreciation of the manifold tapestry of global cultures. Whether indulging in the savours of traditional Norwegian cuisine or exchanging anecdotes with my EOI school comrades, every juncture has served as a didactic encounter.

Furthermore, the visit to the Munch Museum was a standout moment during my time in Oslo. The profound impact of Edvard Munch’s iconic works, particularly «The Scream», left an enduring impression on me. His ability to encapsulate raw emotion and existential themes resonated deeply. Exploring the museum provided insight into Munch’s life and a broader understanding of human experiences. It was a transformative experience that enhanced my cultural immersion in Oslo and left me with cherished memories of my Erasmus journey.

This immersive experience has honed my linguistic prowess and fostered a heightened reverence for the aesthetic allure of cultural heterogeneity.»

Sara Fernández, C2.2 Inglés

“During the days we spent in Oslo, we were able to appreciate that the city was inexplicably quiet everywhere (it may be a little bit shocking coming from Spain), the streets were perfectly clean and people were respectful. 

Although the weather was not suitable for sightseeing, we visited many interesting places; we bathed in the fjord and we could see the city completely snowed.

As for our experience in a Norwegian school, we were able to learn how the education system works and it is something that should make us envious, especially because of their level of English. We were told that in Oslo, English is a second language, not an add-on, as it is in Spain. That fact made me think that the mindset is the key. And we should definitely change the way we see the language and integrate it as a must in our country. Give it more credit in our public education system.”

Gorane Mendieta, C1 Inglés

«Ha sido mi primera (y espero no última) oportunidad de participar en un proyecto-movilidad Erasmus, así que fui con la mejor de las actitudes, dispuesta a comerme el mundo ¡y a Oslo en especial! Eramos un grupo pequeño y bien avenido, liderado por nuestro profesor Jorge Toral. La ciudad nos recibió con una pequeña nevada, a modo de advertencia de lo que nos esperaba el sábado. Contactamos con Ana, profesora de español en la Katedralskole, nuestro centro de Erasmus mobility, la cual amablemente se ofreció a guiarnos en nuestro bautismo inmersivo en la urbe. Ella nos mostró lo más reseñable de la ciudad, por ejemplo la cascada del río Aker: cuna de la industrialización de Noruega, el que fue el barrio industrial y metalúrgico de la capital y hoy barrio bohemio. A pesar de la lluvia y el frío disfrutamos la tarde, porque gracias a la iluminación del centro de la ciudad, Oslo parece que vive en una perpetua Navidad. Me llamó la atención que la mayoría de los coches fueran Tesla, pues aquí ser ecológico tiene ventajas (no pago de tasas, parking, recarga gratuita), mientras que los que no lo son deben pagar una especie de peaje para circular por la capital. Visitamos un mercado gourmet moderno con muchos stands, en uno de los cuales vendían carne de reno ahumada. También visitamos la tumba del pintor Munch, en un recoleto cementerio del centro de la ciudad, en el cual me resultó chocante ver a gente haciendo running entre las tumbas de Henrik Ibsen y Edward Munch, por ejemplo, con total tranquilidad; la gente lo usa como un parque normalmente porque no se tiene la sensación lúgubre de otros cementerios. Al día siguiente fuimos cordialmente recibidos por el director de la escuela (un vetusto edificio, antiguo seminario) y departimos un poquito en su despacho de forma distendida, para luego asistir y participar en las clases de inglés que se impartían ese día. Fue divertido también interactuar con los alumnos de clase de español. Tras la comida en la cantina de la escuela fuimos invitados como parte de la divulgación y por cortesía de la dirección a la antigua biblioteca de la Katedralskole, que se encuentra precisamente en el sótano del centro. Fue una oportunidad de ver la biblioteca más antigua de Noruega (con colecciones que abarcan nueve siglos) y una de sus colecciones de libros históricos más importantes. Sin mencionar sus espadas vikingas, su libro de hechizos mágicos y su esqueleto. Aún sacamos tiempo para posteriormente coger el metro y ver la estación de Holmenkollen con su famoso salto de ski en lo más alto de una montaña, con unas excelentes vistas a Oslo y su fiordo. Al día siguiente nos esperaba otra jornada de clases muy interesantes y con un divertida pedagogía basada en juegos online, también resultó muy cálido el encuentro con los alumnos de adaptación de diversas nacionalidades y niveles de inglés, con los que interactuamos y disfrutamos haciendo un trabajo en equipo. Por la tarde teníamos reserva en el Munch museum, el cual alberga más de 1000 obras que el pintor Edward Munch donó a su ciudad, un controvertido edificio, pero que personalmente me pareció adecuado para su contenido, y como no! allí nos esperaban las 3 versiones del célebre cuadro «el grito», y cada una de ellas se expone durante una hora, como parte de la colección permanente «Edward Munch Eternal», así como gran parte del legado del genial pintor Noruego. La visita nos llevó bastante tiempo, porque tiene una sala para que hagas tus «pinitos» en una actividad para crear tu propio cuadro expresionista, ¡aquello fue muy divertido! Y ya la 13° planta te regala unas de las mejores vistas de la bahía de Bjørvika. Ana vino a despedirse de nosotros y nos mostró el fantástico edificio de la opera, que semeja un iceberg flotando (o a punto de sumergirse?) sobre el agua…. Lo mejor es que puedes pasear por la cubierta del tejado de mármol de Carrara, en línea con la arraigada tradición nórdica del derecho a vagar libremente que parte de una premisa preciosa: los ciudadanos serán respetuosos. Se concibió no solo como mirador privilegiado de la capital de Noruega, sino también para ser usado como plaza y punto de encuentro. Breve visita a la biblioteca, edificio icónico vecino del anterior que se refleja en las aguas del fiordo. Quedamos impresionados por la forma en que el edificio combina la conciencia medioambiental (tema que los Noruegos se toman muy en serio) con el estilo arquitectónico vanguardista. El sábado Oslo amaneció en plan postal navideña y con una fuerte tormenta de nieve… pero ahí estábamos cinco aguerridos españoles dispuestos a vivir una auténtica experiencia vikinga… teníamos programada una excursión en velero clásico de 3 mástiles, bancadas y mantitas por el fiordo, así que zarpamos contra viento y marea, congelados y con solo una lona tapando a los pasajeros del frío gélido y la nieve… ¡nada que no pudiese paliar un buen chocolate caliente a bordo! He de decir que aunque el paisaje se difuminaba ante nuestros ojos, la fortaleza de Akershus emergía a lo lejos orgullosa entre la niebla… ¡No conoces realmente Oslo hasta que lo ves nevando! Después, la mañana la dedicamos a perdernos por el Vigeland Park, fabuloso parque de esculturas del ciclo de la vida, más de un centenar de diferentes momentos vitales, todo un friso de nuestro paso por la vida, con un monolito imponente en la zona más elevada del parque, hecho de una sola pieza de granito con un montón de cuerpos humanos enredados (para mi gusto, un poquito inquietante; tiene algo de pira funeraria). Entre que era la hora de comer y lo desapacible del día, tuvimos el privilegio de verlo en modo invierno (bolazos de nieve incluidos) enterito para nosotros, además las esculturas y las verjas nevadas tenían su punto. Imprescindible. Una visita fugaz al Ayuntamiento, cerca del puerto y sede de la ceremonia del Nobel de la Paz, cuyo edificio por fuera puede no decir nada, pero ¡oh, sorpresa! dentro destaca su hall enorme decorado con frescos que reflejan la historia de Noruega, fue un honor poder fotografiarse con una familia que celebraba un bautizo, algunos de cuyos miembros iban ataviados con trajes folklóricos. con una cubierta sobre la que libremente puedes pasear. Pero la guinda de nuestra estancia oslense fue el rito de relajarse en una sauna flotante, una experiencia loca y entretenida, sobre todo para aquellos compañeros valientes que como si fueran locales remataban arrojándose a esa cubitera de hielo llamada fiordo. Pero todo toca a su fin, y a la mañana siguiente pusimos rumbo a España en una mañana luminosa con toda la experiencia acumulada de 4 intensos días bullendo en nuestra cabeza y felices como niños.” Carmen Cervera, B2.2 Inglés

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