Movilidad Erasmus a Malta de los alumnos del curso de árabe 

Día 1: La Valeta (por Paula Orkhis de A2)

Cuatro alumnos de diferentes niveles de árabe de la Escuela Oficial de Idiomas hemos realizado una inmersión lingüística en Malta, acompañados de nuestro profesor. Esta movilidad comenzó el martes 9 de abril a las 6:30 de la mañana, hora a la que el avión despegó, y finalizó el sábado 13 del mismo mes a las 19:45, hora a la que llegamos a Madrid.

Malta es un destino interesante ya que el idioma de los habitantes es un mix del inglés, el italiano y el árabe, lo que ha supuesto un reto para los españoles dado que, mientras caminábamos por las calles, nos íbamos fijando en los carteles y letreros para encontrar aquellas palabras que existieran en árabe y poder poner a prueba nuestro conocimiento.

El primer día comenzó pronto, quedamos a las 4:30 en el aeropuerto de Barajas para hacer el check-in con tiempo. Despegamos a las 6:30 y aterrizamos a las 9 de la mañana en nuestro destino. Una vez llegados a la residencia, nos registramos y fuimos a las  habitaciones para ordenar las maletas y embarcarnos en una nueva aventura.


Una hora después, gimos un taxi y fuimos a ver la ciudad de La Valeta. Estuviemos callejeando y acabamos entrando en el St James Cavalier, un fuerte construido en el siglo XVI que actualmente ofrece cursos y un programa cultural de música, comedia y drama. Además estuvimos en la Plaza Great Siege donde hay un monumento dedicado a Daphne Caruana Galizia, una periodista de investigación que mataron. También estuvimos en la Plaza de la República y en los Jardines Inferiores de Barrakka. Finalmente acabamos en Floriana, conocida como el tesoro oculto al lado de la Valeta.

Alrededor de las 15:30 volvimos a la residencia para comer y descansar el resto de la tarde en las habitaciones. Finalmente, por la noche, salimos a dar una vuelta por Msida, Gzira y fuimos a ver el puerto con las luces nocturnas de la ciudad.

Día 2: Universidad de Malta y las Tres Ciudades (por Álvaro Abella)

El segundo día de nuestra movilidad, acudimos a la Universidad de Malta, donde fuimos recibidos por el Jefe del Departamento de Árabe, Dr. Kurstin Gatt, quien nos guio en una visita al Campus de la Universidad, donde conocimos la Biblioteca, la Facultad de Letras, la Cantina… Nos explicó que se trata de una universidad pública y gratuita para los ciudadanos malteses, con un campus inaugurado en la década de 1970, y cuya lengua de enseñanza es el inglés.

A continuación participamos en un interesantísimo workshop en el que el profesor Kurstin y sus alumnos de árabe nos explicaron las peculiaridades de la lengua maltesa y su vínculo con el árabe. Descubrimos que la lengua maltesa procede de los dialectos árabes del Norte de África, con los que comparte rasgos léxicos como los números, los días, mucho vocabulario de uso cotidiano y topónimos. Asimismo, el maltés posee características sintácticas típicas del árabe, como el uso de los artículos prefijados al sustantivo, el uso de preposiciones, raíces trilíteras en verbos y el empleo de estructuras preposicionales para la expresión de la posesión.

Tras una pausa en la que pudimos degustar algunos aperitivos malteses como pastizzi, bigilla, galletti o la famosa bebida Kinnie (que no nos gustó demasiado), llegó nuestro turno. El profesor Álvaro Abella realizó una exposición sobre la enseñanza de árabe en España, haciendo referencia al currículum de las EOI en la Comunidad de Madrid y a las actividades de nuestra EOI de Carabanchel. Las alumnas Silvia del Amo y Consuelo Wynter hicieron una exposición sobre los arabismos en la lengua española, y la alumna Paula Orkhis organizó una actividad lúdica mediante Kahoot sobre este mismo tema. El workshop terminó con una actividad comunicativa entre los alumnos de árabe malteses y españoles, en la que pudimos practicar lo aprendido en clase y comprobar el nivel de dominio de la lengua de los estudiantes malteses.

Tras esta instructiva visita a la Universidad de Malta, nos despedimos de los compañeros malteses y después de comer y descansar un poco en la residencia, dedicamos la tarde a visitar Vittoriosa, Senglea y Copiscua, conocidas en Malta como las Tres Ciudades Fortificadas, a las que llegamos cruzando la bahía en un barquito desde Valeta. Disfrutamos de un agradable paseo por estos barrios llenos de iglesias y callejuelas medievales, en los que pudimos poner en práctica algunas de las expresiones lingüísticas aprendidas por la mañana. Terminamos la excursión en los Jardines Superiores de Barrakka, desde los que se disfruta de las mejores vistas sobre la Bahía del Gran Puerto de la Valeta.

Día 3: Mdina, Rabat y acantilados de Dingli (Por Jose Emilio Erraiz de A2)

El jueves visitamos dos ciudades situadas en el interior de Malta: Mdina y Rabat.

Mdina fue la antigua capital de Malta y es una ciudadela medieval amurallada. 

El nombre de Mdina es claramente de origen árabe: medina (مدينة) que quiere decir ciudad. En España también está presente este topónimo de claro origen árabe: Medina de las Torres, Medina del Campo, Medina de Pomar, etc. Mdina todavía es residencia de las familias nobles de Malta.

Algunos de los  lugares de interés de la ciudad son sus murallas, la Catedral de San Pablo y sus palacios, el Palazzo de Vilhena y el Palazzo de Falzon, aunque también vale la pena simplemente dedicarse a pasear por sus calles.

Después de visitar Mdina nos fuimos andando hasta Rabat, donde comimos para luego continuar con la visita. Rabat es una ciudad más moderna. Los principales lugares de interés son sus catacumbas,  las de San Pablo y las de Santa Agata. 

Nosotros visitamos las de San Pablo. Tienen origen fenicio siendo usadas posteriormente  por los cristianos. Cuentan con casi un kilómetro de galerías y 1400 tumbas.

Después de la visita a las catacumbas nos dirigimos a los acantilados de Dingli. Allí se encuentra la capilla de Santa Maria Magdalena construida en 1646 en el punto más alto de la isla (260 m. sobre el nivel del mar). Es de arquitectura sencilla y austera, pequeña  y encantadora, es una pena que estuviese cerrada y no pudiésemos visitarla.  Desde aquí hay unas buenas vistas de los acantilados y del mar.

Cerca de allí se encuentra Ghar  Il-Kbir, en árabe الغار الكبير   la cueva grande. Es un complejo de cuevas que estuvo habitado hasta 1835 cuando las autoridades británicas prohibieron su uso como vivienda y realojaron a sus habitantes.

En las inmediaciones se encuentra Misrah Ghar Il-Kbir. Es una red prehistórica de caminos o carriles  excavados en el suelo rocoso. No hay un acuerdo sobre su antigüedad, algunos investigadores dan un periodo entre los años  3800 y 2800 a.c.

Aquí dimos por terminada la jornada y nos dirigimos de vuelta al hotel.

Día 4: Ghain Tuffieha (Por Consuelo Wynter de A2)

Una de nuestras decisiones como grupo fue intentar visitar la mayor cantidad de lugares posible. Aprovechábamos nuestras visitas buscando siempre los carteles turísticos para identificar palabras en maltés con origen árabe. La anhelada visita a la playa no fue diferente. Decidimos visitar las playas Golden Bay y Ghain Tuffieha, pero llegar no fue un camino sencillo; tuvimos una pequeña aventura.

El transporte público en Malta difiere un poco del que estamos acostumbrados en Madrid, especialmente en cuanto a las frecuencias. En algunas ocasiones tuvimos que esperar conexiones de hasta 40 minutos, pero lo bueno es que cada boleto (que tenía un costo de 2€) permitía hacer transbordos en un plazo de hasta 90 minutos.

Llegar a nuestra primera playa iba a ser un viaje de aproximadamente una hora, pero tardamos casi dos en llegar. Esto se debió no sólo a los largos tiempos de espera, sino también a que, al parecer, las rutas pueden interrumpirse abruptamente a mitad del viaje y dejarte esperando un nuevo autobús, lo que aumenta el tiempo de espera.

¡Finalmente lo logramos! Llegamos a la primera de las playas, Golden Bay, donde descansamos y nos metimos en un mar que aún estaba bastante frío. Nos encontramos con que había mucha gente en la playa, especialmente chicos y chicas jóvenes de muchas nacionalidades disfrutando de una tarde tibia y tranquila. Reposamos un rato en la arena recargando energías con la comida que habíamos llevado como buenos previsores.

Al caer la tarde, nos dirigimos caminando hacia la playa Ghain Tuffieha (¡Sí! Suena como «manzana» en árabe). El recorrido fue sencillo por los caminos que bordeaban los acantilados. Encontramos un columpio muy «instagrameable» justo antes de bajar a la playa, donde todos disfrutamos un rato.

En esta playa no nos bañamos, pero recorrimos los senderos donde tuvimos la posibilidad de disfrutar de algunas de las vistas más bellas de la isla. Allí pasamos un rato hasta que, como buenos viajeros conscientes, nos dirigimos a la parada de autobús para emprender nuestro viaje de regreso a nuestra residencia.


Día 5: La Valeta (Por Silvia del Amo de A1)

En el último día, nos tocaba recoger rápidamente para hacer el check out en la residencia donde nos alojamos y poder así aprovechar para acercarnos una última vez a La Valeta antes de regresar a Madrid.

Como la noche previa habíamos visto que estaban preparando algún tipo de celebración en la zona baja de la ciudad, decidimos dirigirnos en primer lugar allí.

Nos encontramos con unas grandes estructuras metálicas con forma circular en el lateral de la plaza de San Publiju ya que esta misma noche iban a celebrar un festival de fuegos artificiales.

Al parecer esta plaza es usada para diferentes eventos culturales durante el año y además cuenta con 76 «tapas» de almacenes subterráneos de granos, cada uno con capacidad para entre 60 y 80 toneladas de trigo donde antiguamente acumulaban el grano.

A continuación, pasamos las murallas de La Valeta donde nos dimos unos minutos para hacer unas últimas compras y regalos para nuestras familias.

Tras esto, regresamos a la residencia en autobús para comer y, finalmente, dirigirnos al aeropuerto para regresar a Madrid.

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